sábado, 7 de enero de 2012

Libertad

...esa sensación, tumbado en el sofá, en el sofá donde solo cabe uno. Con la espalda pegada al respaldo, las piernas en paralelo al reposabrazos izquierdo y contigo entre mis brazos. Tus piernas hacen un puente sobre las mías y se apoyan sobre dicho reposabrazos. Mi brazo derecho esta justo bajo de tu espalda y mi otro brazo descansa sobre tu tripa.
Pero eso es solo el comienzo. Lo mejor es mi cabeza, apoyada entre tu hombro y tu cuello, respirando hacia tu barbilla y poder darte un beso con un sutil movimiento de labios. No poder moverse pero sentir, porque no quiero moverme, la libertad.

Ahora, en este mismo sofá, que difícil es olvidarme de tu libertad. Que claustrofobia al moverme, buscándote, sin poder darte el beso que llevo guardándote tanto tiempo.

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